Capítulo 1 (Perspectiva de Erick)
Patrullar en los Páramos Perdidos nunca ha sido tarea fácil; a decir verdad, es una de las responsabilidades que más detesto, pero el haberme ofrecido como voluntario para ello era la única manera de asegurarme que contaría con el apoyo de Lucian, cuando le pedí que me permitiera vigilar las apariciones de Nessa…
El simple hecho de pensar en ella atrae a mis labios la sonrisa más estúpida imaginable, incluso encontrándome en este lugar, en uno de los sitios más corruptos de los Dominios, en este claustrofóbico bosque que es capaz de asfixiar a cualquiera, a causa de la energía tan negativa y oscura que lo controla. Pero aún así, sonrío cuando la imagen de la chica aparece en mi mente, en cada ocasión, en cada momento; Matheo no se cansa de burlarse de mí cada vez que la desconocida sale a colación en nuestras charlas, pero no lo puedo evitar, me tiene cautivado de forma tan entera que tal pareciera que soy un niñito inmaduro, sin experiencia y sin entrenamiento, sin que mis años de vida y mi cargo de Paladín me ayuden a parecer menos idiota.
Tal vez fue mi culpa, tal vez el simple hecho de estar pensando en ella mientras me encontraba en los Páramos Perdidos fue suficiente para invocarla hasta este horrible lugar; no lo sé con certeza, tan sólo puedo decir que un momento estaba caminando por entre los árboles muertos y el suelo musgoso, y al siguiente pude darme cuenta del instante exacto en el que Vanessa ingresó a este sitio.
¡Maldición! ¿Qué demonios estaba haciendo aquí?
Tenía que encontrarla, rescatarla, devolverla a su realidad antes de que Arématis fuera capaz de sentir su energía espiritual, misma que yo percibía crecer a cada segundo, dándome a entender que lentamente ella iba acercándose a mí.
Sin contacto, Erick. No te involucres aún. Vigila sin hacer notar tu presencia. Las palabras de Lucian hacían eco en mi mente, pero la verdad es que no fui capaz de obedecer; mi rango y mis órdenes en este momento importaban poco. Que Nessa estuviera a salvo era lo único que me preocupaba, lo único que logró que el miedo no me paralizara, lo único que me mantenía en movimiento y con una meta fija: sacarla de aquí.
Fue ese el segundo en el que sentí que alguien se aproximaba a mí por la espalda, apenas si alcancé a girarme, alzando mi espada en alto, cuando el par de ojos color chocolate más hermosos que he visto en mi vida entraron a mi campo de visión.
¿Qué estás haciendo, idiota? Me gritó la voz de mi consciencia: la mujer más bella de todos los Dominios se encontraba frente a mí y mi primera reacción era la de amenazarla de muerte, con el filo de mi espada a milímetros de su yugular.
Este definitivamente no era el encuentro que yo tenía en mente.
- ¿Qué demonios estás haciendo aquí? – exclamé cuando logré encontrar mi voz… ¿En qué estaba pensando? ¿Podría sonar más hostil? ¡Estúpido! ¡Estúpido! Y no me detuve con eso - ¡Te hice una pregunta! ¿Qué demonios estás haciendo aquí?
Bien hecho, imbécil ¡Bonita manera de ganarte su confianza!
Pero entonces ella hizo algo que jamás me hubiera imaginado; después de tantos y tantos años como Paladín, creí que ya nada podría sorprenderme. Claro que estaba equivocado, porque toda ella era sorprendente… ¿Qué hizo? Comenzó a reír, y sus carcajadas sonaban tan deliciosas y naturales que puedo jurar que estuve a punto de sonreírle de vuelta.
- ¿Qué te parece tan gracioso? – insistí, observándola como si deseara memorizar cada milímetro de su ser.
Me gustaba su atuendo, como si una chica buena intentara disfrazarse de rebelde, su cabello era un adorable desastre de rizos largos y oscuros que le acariciaban el rostro y su risa era capaz enajenar mis sentidos hasta hacerme perder la cordura; aquel era el sonido más perfecto que jamás había escuchado en toda mi existencia.
Tenía que controlar mis propias reacciones, y tenía que hacerlo ya.
Bajé el arma cuando por fin encontré el dominio sobre mis propios músculos - ¡Por todo lo que es sagrado, esto no es divertido! – le grité con impaciencia – Te lo preguntaré una última vez: ¿qué estás haciendo aquí? Tú no deberías de estar en este Dominio, aún no es tiempo.
Las carcajadas le habían provocado lágrimas, que prontamente limpió de sus suaves mejillas, atrayendo mi atención hasta la suavidad de su rostro.
- Perdón… ¿Qué? – dijo al fin; la había escuchado hablar antes –no sé si era consciente de que cada vez que ingresaba a los Dominios, solía sostener charlas consigo misma-, pero aquella era la primera vez que sus palabras iban dirigidas a mí.
Tragué saliva tratando de deshacerme del temblor que atravesó mi cuerpo cuando sus ojos se posaron en los míos.
- Tú no deberías estar aquí. Estás en peligro ¿no lo entiendes?
Alzó una ceja, transformando sus facciones a una máscara de cinismo que se mezclaba con la inocencia de su mirada.
- Vaya, éste es sin lugar a dudas el sueño más extraño que he tenido en mi vida.
Perdí el aliento durante unos instantes. ¡Esto no podía ser posible! ¿Ella creía que estaba soñando?
- ¿Sueño? ¿Crees que esto es un sueño? Estás en peligro… ¡En grave peligro! Este sitio está rodeado de energía negativa ¿no puedes sentirlo? A pesar de que se sienta como un sueño, si algo te daña aquí, te dañará en donde sea que te encuentres. Tenemos que encontrar la manera de sacarte de este sitio ¿me entiendes? ¡No estás soñando! Esta es simplemente una realidad más.
- ¿Qué dijiste? – murmuró unos segundos más tarde. ¿Qué acaso no había escuchado nada de lo que le dije?
- ¿Qué si aún sigues creyendo que éste eso sólo un sueño? – articulé ahora siendo yo quien sonó despectivo; no quería hacerla sentir mal, pero mi paciencia se estaba agotando. Necesitaba hacerla comprender que no se encontraba a salvo, mientras que ella me observaba como si yo estuviera completamente loco.
Me sonrió – Si – fue su respuesta – Y bastante original, si me permites agregar.
¡Increíble!
- ¿Original? ¡Esto no es original, es extremadamente peligroso! Vételo grabando en tu dura y bella cabecita - ¿bella? ¡Maldición! ¡Tenía que aprender a filtrar las palabras que se me escapaban de la boca - ¡No deberías estar aquí!
- ¿Peligroso? – murmuró sonriendo de nuevo - ¿Peligroso? ¡Todo esto es producto de mi mente! ¿Cómo va a ser peligroso?
- ¡Lo es! ¡Maldición! Tiene que haber una manera de sacarte de aquí sin usar el Portal de la Roca – comencé a observar a mi alrededor, intentando idear alguna forma de mandarla de regreso al Dominio Exterior sin dar a conocer el lugar exacto del portal; Arématis aún no lo descubría y por ahora era nuestra única ventaja – Si utilizamos un portal fijo él podría enterarse de su localización y eso nos perjudicaría bastante… Si tan sólo hubieras entrenado ya – agregué sintiendo rencor hacia Lucian; de haberme permitido acercarme antes a ella, tal vez no nos encontraríamos en esta condenada situación – te podrías a obligar a ti misma a regresar a casa pero…
- ¡Hey, guapo! – me gritó, chasqueando sus delgados y femeninos dedos frente a mis ojos… ¿Me había dicho guapo? ¿De verdad? ¿O mi imaginación estaba jugando bromas con mi cordura? – Estás balbuceando demasiado y comienzas a marearme. Ahora, si me disculpas, voy a continuar explorando.
Tardé unos segundos en reaccionar, aún distraído por sus palabras, pero cuando lo hice me di cuenta de que comenzaba a alejarse, por lo que de inmediato me interpuse en su camino.
- Tú no vas a ningún lado más que fuera de aquí – agregué con la mayor convicción que pude.
- Qué increíble. A pesar de que eres una creación de mi mente, no eres muy amable que digamos ¿sabes?
¡Oh! ¿Así que de ser guapo ahora había pasado a calidad de grosero? ¡Esta chica no tenía sentido común!
- ¿Ah, sí? Pues tú tampoco estás siendo la dulzura personificada.
- Creo que durante un sueño importa poco cómo me comporte. Ahora déjame ir.
- ¡Santo cielo, Nessa! ¡Ni siquiera sabes en lo que te estás metiendo! – le grité finalmente perdiendo la paciencia, y por un momento no supe qué fue lo que lo ocasionó, pero la vi palidecer mientras que el miedo invadía su rostro.
¿Yo había causado su temor? ¡Maldición! ¡No!
- ¿Cómo sabes mi nombre?
¡Ah! ¡Eso fue! Cuidado con tu lengua, idiota.
Y a pesar de que deseaba decírselo, sabía que no teníamos tiempo para explicaciones. Lograba sentir como la maldad se acercaba.
- Eso no es importante en este momento. Ahora lo urgente es encontrar la manera de sacarte de aquí antes de que él te encuentre – le dije tomándola por el codo, haciendo hasta lo imposible porque no lograra percibir el temblor de mis manos.
Aún no lograba entender cómo era que ella tenía forma tangible, pero su calor corporal era capaz de traspasar las barreras de la ropa y acariciar sutilmente la piel de mis dedos. ¿Cómo era posible que un ser hecho de espíritu provocara en mí una reacción tan física?
Meneé la cabeza mientras la forzaba a avanzar a mi lado.
- ¿De qué demonios estás hablando? – me gritó entre desconcertada y molesta; era obvio que comenzaba a impacientarse, pero yo necesitaba que se mantuviera callada: la energía negativa iba en aumento y eso sólo podía significar una cosa: Arématis ya había percibido su presencia y ahora se dirigía hacia acá.
¡Maldición! Tendría que usar el Portal de la Roca. No quedaba otra opción, pero tal vez si nos dábamos prisa, evitaría que nuestro enemigo se diera cuenta de su existencia.
- Guarda silencio – le ordené en voz baja – Ya atrajimos bastante la atención.
Creí que tal vez me escucharía, que por un milagro dejaría de ser tan testaruda, pero fue en ese instante en el que de un jalón se soltó de mi mano y detuvo su caminar mientras cruzaba los brazos al pecho.
¿Sería consciente de lo adorable que lucía al estar tan enojada?
¡Por todo lo que es sagrado, Varzzen! ¡Concéntrate!
- Lo lamento, guapo – ahí estaba otra vez, no había sido mi imaginación – pero comienzas a sacarme de mis casillas. O me dices quién eres y qué quieres de mí o no me muevo de este lugar.
Mi cuerpo actuó por cuenta propia, mi mente se desconectó de mi boca y en lo único que podía pensar era en lo hermosa que era y en que haría cualquier cosa… cualquier cosa, con tal de mantenerla a salvo.
Encerré su cara entre mis manos, sorprendiéndome otra vez ante la calidez de aquella piel tersa y pálida; bajé el rostro hasta que mis ojos estuvieron a la par de los suyos, acercándome tanto que era capaz de sentir su cálido aliento sobre mis labios, era capaz de oler la intoxicante esencia que escapaba de su cuerpo espiritual.
- Soy el hombre que está intentando salvarte la vida – Y te lo suplico, Nessa –agregué en silencio–, déjame ayudarte, déjame sacarte de aquí, déjame protegerte, porque no sé qué demonios sea capaz de hacer si algo llega a sucederte….
11 comentarios:
Amoooo tanto este libró me atrevo a decir que es el mejor que e leído <3
Amoooo tanto este libró me atrevo a decir que es el mejor que e leído <3
:D i love u!!!
¡OH DIOS! amo a erick, amo a nessa, amo este libro <3
donde lo has leido si puedes pasamelo no lo encuentro por ninguna parte : maria_78956@hotmail.com
Dónde puedo conseguirlo? si puedes por favor enviarlo a mi correo rivas_danii@hotmail.com
hayyyy comoo quuieroo leer este libro
si puedes enviarlo a mi correo porfa
mayralr9@gmail.com
chicas el libro no lo van a encontrar en pdf así q lo tendran q comprar, yo lo adquirí en gandhi y liverpool el segundo... NETA!!! VALE LA PENA TENERLOS EN SU BIBLIOTECA.
LOS DOMINIOS DEL ONIX NEGRO ES LA MEJOR SAGA QUE HE LEIDO!!!!
Muero! muero! es increíble, no me había puesto a pensar en lo que estaría pensando Erick mientras pasaba esto..
De lo mejor <3
Me encanta!! Este libro puedo leerlo una y otra vez, y volver a disfrutarlo como si fuera la primera vez 3 que lo leo!
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